Rolitas

martes, 28 de diciembre de 2010

Mi sueño sobre el cosmos


No quisiera que el año terminara sin hablar aquí de mi sueño sobre el cosmos. Lo he platicado a algunas personas especiales y cuando ocurrió y lo recuerdo como algo muy vívido y especial, casi como si hubiese sido real.


Por ahí de Agosto tuve un sueño que me impactó mucho. Al principio pensé que se trataba de una pesadilla pero más bien fue una imagen que me paralizó de lo imponente que era.
El antecedente fue que uno de esos días de fuerte viento en el d.f. donde hasta las mangas de las camisas ondeaban y el cabello se llenaba de hojitas, polvo, esporas y delicadas partes de flor de diente de león, fue medio caótico andar en la calle y tuve que pasar a la farmacia por un cubre boca para evitar respirar tanta porquería porque el aire en el d.f. es tooodo menos limpio.

Bueno, el punto fue que ese día que me fui a trabajar hubo tanto viento que en la noche tuve ese extraño sueño o pesadilla que aquí cuento:
Estaba yo al pie de la escalera de metal que da al cuarto de servicio que tenemos en la azotea, es una escalera externa a la casa, y al abrir la puerta para subir por la escalera se veía el cielo de noche tan lleno de estrellas que llamaba a mi mamá y a mi papá maravillada para invitarlos a observar pero conforme mi vista iba descendiendo para poner atención al primer escalón y comenzar a subir, me percaté de que no se veía el garage en la parte inferior de la escalera, no se veía nada de piso ni ninguna parte de mi casa, ni de alguna casa vecina, simplemente se seguían viendo estrellas lejanas, diminutas, como si mi casa estuviera flotando en la inmensidad del espacio exterior.
Volví a recorrer la escalera con la mirada y sólo veía estrellas, tantas que hasta formaban una especie de nube densa de luz. Eso me paralizó, recuerdo en mi sueño no poder siquiera respirar de la impresión y sentir un frío horrible en la piel, y de pronto…galaxias, nebulosas y toda suerte de formaciones cósmicas comenzaron a aparecer con los colores y tonalidades más hermosas y terroríficas y se movían despacio ante mí, muy despacio como cuando ves una nube avanzar lentamente con el viento.








Mi vista se fijó detenidamente en cada formación que aparecía y puse especial interés en la parte inferior derecha que se veía a través de la escalera de metal de mi casa, era una formación de estrellas azules que brillaba con intensidad en forma triangular y del lado izquierdo una galaxia en forma de moñito o de un 8 horizontal de color amarillo muy intenso.
así, pero en forma de triángulo
así pero un poco más torcida parecía un moñito
alargado y el color era amarillo intenso
Al final recuerdo que a todo ese panorama se antepuso el paso de un enorme planeta (como en el video), era colosal y giraba lentamente, realmente me asusté y tomé valor para cerrar la puerta que daba a la escalera de metal…e hice un esfuerzo por despertarme y salir de la impresión. 

Duré tres días llena de temor de volver a soñar con el espacio, de hecho veía la luna en la noche y sentía escalofríos; pero ahora en retrospectiva pienso que es uno de los sueños más vívidos y emocionantes que he tenido y me siento realmente afortunada porque es como si de verdad hubiese estado allí de carne y hueso observando esas galaxias majestuosas.




Esto viene a colación porque después de que pensé que el año anterior había sido poco afortunado para mí en algunas áreas, recordé que “El universo es más grande que cualquier dolor” y también aquel pensamiento que dice que “el drama de la vida humana en comparación con la inmensidad del espacio, es infinitamente pequeño, casi imperceptible, inexistente, se vuelve nulo”
Llegué a la conclusión de que a mi “corta edad” mi mente, mi alma y mi corazón guardan una sabiduría que no percibo de manera conciente, pero que ahí está y que me quiere decir tantas cosas sobre el significado de la vida tan hermoso y sobre no perder los valores que de manera particular he elegido para regir mi vida.
Aprendí que si bien el universo es enorme en comparación con el drama de una relación humana, también un solo ser humano basta para representar a todos y cada uno de nuestros iguales. Y que en un rostro de sonrisa sincera en un día soleado y de ojos plenos brillantes por la alegría surgida del detalle más insignificante, en ese rostro veo también un universo entero vibrante y atrayente.

1 comentarios:

Eleutheria Lekona dijo...

Bueno, que me ha tocado profundo tu historia (de tu sueño):

1) Porque me he soñado también deambular por el cosmos en total ingravidez. Y aunque es cierto que se trata de un sueño que te puede infligir de cierta sensación de ansiedad -porque todo se vuelve inaprensible-, también resulta ser como de vértigo y bello: como la eternidad dentro de ti, de tu conciencia. La espiral que se regenera a sí misma, el universo.

2) Justo cuando más me he sentido fenecer debido a una cuestión emocional, termino diciéndome: "bueno, pero qué te pasa a ti, tanta gente -feliz o triste-, tanto mundo y tú, allí, inmersa en tu drama, minúsculo para el cosmos, si bien grande para ti (por eso me gustará siempre esa partecita de “Ordinary World” que recita: “Ours is just a little sorrowed talk” con la consiguiente parte que le precede y entenderle en su totalidad: pero esa frase lo condensa). Por otra parte, ser consciente de la "pequeñez" de uno es, al tiempo, ser consciente de la "grandeza" de uno porque, te preguntas: ¿y cómo es que, a pesar de mi finitud, de mi transitoriedad por este cosmos que parece no finito, puede salir de mí tanto (es decir, aquéllo que yo creo que es "tanto" o llamo "tanto")? Pero, más: ¿cómo es que los humanos, en sincronía, hemos logrado hacer tanto? Y si digo "tanto" -aquí sí- es porque basta mirar nuestro entorno y ver en qué maneras hemos transformado nuestros ecosistemas para palpar ese "tanto". Somos la especie que habita este planeta que -quizá- lo ha transformado de forma más patente (no digo sólo "más" porque uno no sabe qué tanto contribuyen las lombrices, por ejemplo, en su modificación), con independencia de si esas transformaciones sean o no sean siempre el óptimo.

3) Y mirar ciertos ojos, recibir ciertas miradas y dar otras es como sentir vibrar al universo entero dentro de ti, si éstas vienen acompañadas de amor, complicidad y reconocimiento.

4) El universo, quién sabe qué es; lo escrutamos, lo imaginamos, hacemos conjeturas sobre él, sabemos que nos contiene, aspiramos a su comprensión, creemos navegarle y hacerle surcos. Tantas cosas que nos inspira.

Te leo.

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More