Rolitas

martes, 28 de diciembre de 2010

Mensajes en el agua, el poder de los signos, símbolos y el pensamiento


El poder del pensamiento en las personas es evidente, pues somos seres sensibles y susceptibles a la fuerza de las emociones, sean generadas por nosotros mismos o por estímulos externos. Me imaginaba que sucedía algo similar con los animales y quizás también en la vegetación...claro que no soy científica que pueda crear una hipótesis y los instrumentos para comprobarla, mis pensamientos son meramente imaginativos guiados por el mero deseo de creer que existe una magia verdadera entre nosotras las personas y entre todos los seres vivos...y hasta la materia inerte.  
Bueno, hace unos años vi un documental del Sr. Emoto con lo que él presentaba como evidencia física de sus experimentos que probaban sus teorías sobre que el poder del pensamiento expresado en un mensaje escrito, en una palabra mencionada o en una imagen capturada, tenía influencia sobre el comportamiento del agua, concretamente en estado sólido como hielo. Quién no quisiera creer que esto es verdad!!!...Yo, como diseñadora gráfica y comunicadora en esta área, fui la primera en desear que ésto fuera verdad. Saber que los signos y  símbolos tienen tal poder me emocionó. Y también porque finalmente es el modo en el que pienso sobre los seres vivos y creo que todo en este universo está intrínsecamente relacionado de manera inexplicable...al menos para mí. Las teorías del Sr. Emoto no han sido comprobadas científicamente pero es un buen tema...sí también muy romántico y cursi para quienes amamos los pequeños detalles bellos y deseamos creer en alguna suerte de magia más allá de lo científico.
Los experimentos del Sr. Emoto consisten en exponer agua en recipientes a diferentes palabras, dibujos o música y entonces congelarla y examinar la estética de los cristales resultantes mediante fotografías microscópicas.
El punto esencial de las teorías del Sr. Emoto consiste en que "El pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua y ésta cambia a mejor absolutamente. Si el agua lo hace, nosotros que somos 70-80% agua deberíamos comportarnos igual. Debería Vd. aplicar mi teoría a su vida para mejorarla". La prueba que aporta Emoto, para convencer a las personas, es la superior belleza de los cristales de hielo extraidos de agua "tratada" frente a la baja belleza de los de agua "no tratada" en sus experimentos. Los creyentes en el Sr. Emoto, por tanto, aceptan que mentalmente o por la palabra se puede influir en la estructura o propiedades de una sustancia química como el agua. Y que dicha influencia (extraordinariamente positiva) pasaría del agua al cuerpo humano posteriormente al ingerirla. La teoría contiene otras afirmaciones discutidas, como que materias como el arroz (y en general las materias orgánicas inanimadas) se comportan de la misma manera descrita para el agua y que las maneras de inducir estos cambios abarcan más posibilidades.
La controversia entre la ciencia y Emoto reside en que la ciencia no vé ningún mecanismo conocido ni hipotético para que esto suceda, no ha recibido ninguna prueba científica a favor, pero sí múltiples en contra, y por tanto considera esa afirmación, y derivadas, como falsas. La ciencia contesta que "El agua no es influenciada en manera alguna por el pensamiento humano, la música o las palabras escritas en sus envases y no cambia en absoluto como respuesta a esas posibles influencias". Demostrar científicamente la teoría de Emoto implicaría que algunas bases de teorías probadas por innumerables pruebas experimentales replicadas por múltiples investigadores, como la Física y la Química modernas, son erróneas y están incompletas.
Concretamente, según Emoto, dos envases de cristal iguales, conteniendo arroz o agua de una misma procedencia, a los que se le escriban la palabra "paz","gracias" o "guerra","idiota" en su exterior se comportarán al cabo de un tiempo de manera distinta. Cambiarán por ello. En el agua los cristales de hielo obtenidos del bote "bien tratado" serán bellos y los cristales del bote "mal tratado" serán feos. Si es arroz, el bote de arroz "mal tratado" degenerará (se pudrirá o perderá sabor o ennegrecerá, ...) y el otro no lo hará.
Se ha demostrado que en muestras de agua congelada como las descritas o en un montón de nieve natural del tamaño de una gota hay muchos cristales, no sólo unos pocos o uno nada más, y que la búsqueda desplazando la cabeza del microscopio puede producir tanto un grupo de fotos de cristales regulares y bellos como de cristales irregulares o amorfos. La creación de cristales de agua esta dirigida por diversas leyes físicas conocidas por diversos estudios al respecto, pero la más mínima variación en valores puntuales de humedad, temperatura, vibración, y sus gradientes en el tiempo, lleva a cristales distintos. La propia física predice la aparición de infinitas formas distintas de cristales en muestras como las creadas, sin que para ello sea necesario nada mas. Esta realidad demostrable que permite en la práctica tanto obtener cristales bonitos o cristales feos, de la misma muestra, sea cual sea esta, por elección voluntaria del observador, en el mismo instante, es una de las explicaciones aportadas por la ciencia para explicar los resultados propuestos.

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