Rolitas

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Extraído de "ser congruentes"

Nadie nace sabiendo ser nada ni nadie. Los roles los aprendemos con los ejemplos que tomamos, se vale equivocarse y no tenemos derecho a juzgar a los demás ni debemos ser juzgados por nadie {...}
Por éso es tan importante vivir NUESTRAS VIDAS, hacer nuestro propio proyecto, creer en él y luchar por él. Porque de repente, ciertas personas simplemente se aparecen, ciertos eventos simplemente pasan y la vida cambia totalmente...SIN RETORNO. Porque no hay mejor invento que la reversa, pero hay cosas que ya no tienen reversa como perder la vida, herir a alguien con alevosía, o las secuelas de un accidente.
 
Por éso yo apelo mucho a la congruencia de las personas. Hay que ser congruentes, de una pieza. Que en la casa o en la calle, con familia o con amigos, con tu jefe en el trabajo o la pareja y hasta con algún recién conocido hay que ser leales a nuestros principios, cualesquiera que hayamos decidido que sean nuestros principios. Uno no deja de aprender mientras vive, pero me parece que a los veinte años ya podemos contar de manera personal con ciertos principios que hayamos elegido o decidido seguir.
Hay que ser congruentes entre lo que decimos y lo que hacemos, entre lo que pensamos y lo que hacemos. Yo pienso que esa congruencia, el simplificar y ser de una pieza nos vuelve más verdaderos. Cuando algo es simple es verdad, aún cuando es complejo o laborioso, es verdad...pero cuando no sólo es complejo sino realmente complicado, no me parece que sea tan verdadero.
 
"No dejes lo más por lo menos"  hoy tiene más significado para mí porque, justo hoy sé perfectamente bien qué es lo más y qué es lo menos, y si me hago la mensa, la que no sé qué me conviene, la que olvida su bienestar...será unicamente mi responsabilidad. No será responsabilidad de mi mamá o de mi familia, de mi patrón, de la fuga de petróleo, del mundial o del gobierno.
 
Es muy chistoso porque todos hablámos como nos fue en la feria, pero lo que no decimos es que en esa feria nosotros mismos decidimos subirnos a la rueda de la fortuna en vez de al carrusel, o a las tazas locas en vez de a los carritos chocones. 
 
Si tuvimos de quién aprender a ser felices, a sentirnos contentas y plenas, a bien querer y bien amar...sugiero continuar con ese ejemplo, porque a lo mejor las tres hemos sufrido descalabros en muchos sentidos, pero 
creo que debemos ser congruentes y dejar que nuestros actos hablen por nosotros, no sólo en lo social o cultural, también en lo emocional y sentimental.
Sólo tenemos un corazón niñas...procuremos su bienestar.

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