Rolitas

sábado, 11 de septiembre de 2010

Escritores


Retomando una frase de Wilde, en este caso diría que "Perder a un gran escritor es un accidente, pero perder a dos parece más un descuido."
En el '98 cuando vivía en el d.f. llegué a escuchar a Monsiváis en presentaciones que escritores diversos hacieron en el Palacio de Bellas Artes. Le guardo un cariño especial a la sala Adamo Boari por esos gratos recuerdos de haber escuchado ideas y pensamientos tan enriquecedores. Y no hay mejor lugar en México para despedir con verdadera calidez a tan excepcional persona...Hummm...qué vida ésta! Y efectivamente, Saramago y Monsiváis se tomarán sus cafecitos allá donde sea que se encuentren. 
Cuando estudiaba diseño gráfico, había una materia llamada semiología. Fue allí cuando escuché el término por primera vez, más tarde me enteraría que el término se aplicaba igualmente a personas.
El estudio de la semiótica en el área del diseño se integra de tres partes principales delimitadas en contenido y función: la semántica, la sintáctica y la pragmática.
La semántica: Estudia la relación que hay entre el signo y el sujeto o concepto que representa.
La sintáctica: Estudia la relación del signo con sus sistemas y la relación entre los símbolos.
La pragmática: Estudia la relación entre el signo y el usuario.
Conocer el trabajo de Monsiváis como semiólogo me ayudó a comprender cómo se genera una relación entre el medio físico y social en el que vivimos día a día y las respuestas que se generan en la sociedad partiendo de la influencia que el mismo contexto ejerce en nosotros como individuos y como masa. Ésto aplicado al diseño explica de algún modo cómo los medios masivos interactúan con la sociedad entre otras cosas. También explica cómo emporios de marcas pueden seguir generando millones de dólares a costa de una imágen, de un simple logotipo.
Monsiváis sabía muy bien cómo leer a la gente en el sentido integral. No al individuo aislado, sino al individuo en su contexto. Por eso lo admiré como persona y admiro su trabajo al igual que el de Cristina Pacheco que se dedica a ir por la vida leyendo a la gente y sus circunstancias. La diferencia es que Cristina es más un medio para dar voz a esa personas y que nosotros escuchemos sus historias sin que éstas sean deformadas, editadas o censuradas; y Monsiváis venía a hacer el trabajo de "traductor" de las voces para arrojar conclusiones sobre fenómenos sociales.
A decir verdad ésta es la parte del diseño que me apasiona. El estudio de cómo lograr comunicar mediante signos, símbolos e imágenes; y la respuesta de la gente a éstos estímulos.
Pues sí, es una verdadera pena haber perdido a Saramago y Monsiváis en sólo un par de días...realmente parece un descuido.
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