Rolitas

domingo, 11 de noviembre de 2012

Cómo el ruido se fue y volvió la bella calma :)


Y justamente debido a tanto ruido en mi interior y esa necesidad de acallarlo, algo fortuito ocurrió el viernes pasado. A pesar del frío que había hecho toda la semana (y yo siendo taaaan friolenta) no usaba ningún suéter ni chamarra, me era difícil sentir frío, me era difícil sentir casi cualquier cosa, ni hambre tenía, ni sueño. Curiosamente mi perro también dejó de comer la semana pasada, se sintonizó el pobre conmigo, hasta me dio pena por él, pobrecito Mateo, tan re lindo que está y tan juguetón que es y nos salíamos a caminar los dos a las tantas de la noche con el viento que hacía pero yo no sentía frío...ni nada:( 

Eso duró una semana, pero llegado el viernes, me encontraba a medio día en el Centro Histérico :P esperando que imprimieran algo y mientras tanto entré a un local de libros antiguos y usados, uno de tantos que hay por ahí, y el local me pareció tan silencioso y me llenó de tanta paz...más que si hubiera entrado a una iglesia u otro templo. Claro que había ruido en el ambiente, pero el ruido interior que había permanecido tanto tiempo en mi mente poco a poco fue desapareciendo. Vi varios libros apilados, los hojeé y de pronto me encontré con un libro sobre ensayos breves de escritores que versaba precisamente sobre los temas que tanto me habían dado vuelta en la cabeza durante varias semanas. Contenía ensayos de Bertrand Russell, George P. Elliot y George Orwell, entre otros. Era una publicación en Inglés que despertó mi interés inmediatamente...y solamente pagué nueve pesos por él...SÍ, $9.00 :)

A eso de las 4:30pm de regreso a casa abordé el metrobús y cosa rara, encontré lugar así que me senté y comencé a leer el libro en el trayecto. Había una luz dorada que deslumbraba pero que a la vez embellecía todo a su paso con su cálido tacto. Y fue tan hermoso que decidí que no quería volver a casa aún. Fui sobre Reforma y me senté por ahí a seguir leyendo, la luz del sol era tan bella como una gran manta que terminó cubriendo todo rastro de inmundicia, maldad e injusticia esa tarde...ya no la vi más, ya no la sentí más. Por el contrario, comencé a sentirme cobijada por esa luz y por primera vez en varios días, felizmente volví a sentir frío, a sentir hambre, cansancio y sueño. Dormí taaaan bien. 

Debo decir que ahora pienso que la vida es justa, me refiero a la naturaleza; son las personas quienes actúan justa o injustamente...pero hasta en eso la vida es justa pues permite que el ser humano ejerza su libre albedrío. Y de eso no es responsable más que cada quién. 


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