Los proverbios, citas o frases célebres han sido algunas veces muletas que he utilizado para asirme a una postura o actitud en determinadas circunstancias. He aprendido valiosas lecciones encerradas en unas cuantas palabras que hilvanadas en una frase han podido ilustrar perfectamente mi sentir y pensar.
Oscar Wilde, Rabindranath Tagore, Jalil Gibrán, Gandhi y el Dalai Lama son autores de frases con las que me he identificado desde hace años, me identifico con algunos o varios aspectos de su acción y pensamiento. Hace pocos meses que abracé algunas frases de Shakespeare y otras de Thoureau; de éste último menciono algunas con las que me identifico en este cierre de año:
Las cosas no cambian; cambiamos nosotros.
Si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde; ahora coloca las bases debajo de ellos.
El amor no sólo debe ser una llama, sino una luz.
Un hombre es rico en proporción a las cosas que puede desechar.
¡Como si se pudiera matar el tiempo sin insultar a la eternidad!
Deja de arañar la corteza; hay fruta madura en tu frente.
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